Cuando decidimos empezar a ir a clases de yoga en Vizcaya, puede ser por varios motivos: para relajarnos, hacer ejercicio o como una forma de romper con la rutina. Sin embargo, existe una creencia muy arraigada de que el yoga es demasiado "suave" como para ofrecer unos resultados físicos tan marcados como el HIIT o el core.

El yoga no busca un cuerpo perfecto o quitar los kilos de más. Tiene un sentido más profundo que todo eso, ya que busca la compenetración del cuerpo y la mente. En yoga, es necesario que seamos conscientes en todo momento de nuestro cuerpo. Esta disciplina nos ayuda a escucharle y a actuar el consecuencia, ya que solo así podremos disfrutar de sus beneficios.

¿Quién no ha sufrido los eternos 30 segundos de una plancha? ¿O ha querido ir siempre un poco más allá con el peso? Durante tus clases de yoga en Vizcaya, tu instructor te insistirá en que no tienes que llevar las posturas al extremo. Tu cuerpo tiene un límite y tienes que ser consciente de hasta dónde puedes llegar si hacer un sobresfuerzo. No te frustres, el yoga es práctica y, con el tiempo, podrás incluso dominar las posturas invertidas más complicadas.

Disfruta del yoga sin prisas, escuchando antes de actuar y con la mente enfocada en ir avanzando poco a poco. Apenas sin darte cuenta, notarás tus piernas más tonificadas y tu silueta más estilizada. Pero este no es el objetivo principal, así que sigue buscando a través de su práctica la mejora de la respiración, la reducción de estrés y el aumento de la flexibilidad.

Cultivar la paz interior es un proceso que requiere tiempo y paciencia. Combina el yoga con las terapias naturales que ofrecemos en Ananta Yoga y siente cómo el camino hacia la tranquilidad se vuelve mucho más sencillo.

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